Luego del aumento del dólar, la suba de la inflación y la crisis económica del 2020, comprar un 0km es un lujo para pocos. A esto se le suman la altísima cantidad de impuestos que el gobierno adiciona al auto, antes de salir a la venta.

La compra de un rodado nuevo es una de las hazañas más difíciles de concretar en Argentina.
Luego del aumento del dólar, la suba de la inflación y la crisis económica del 2020, comprar un 0km es un lujo para pocos. A esto se le suman la altísima cantidad de impuestos que el gobierno adiciona al auto, antes de salir a la venta.

Los especialistas informan que más del 50% del valor de un vehículo nuevo está constituido por cifras tributarias, encareciendo al extremo el precio de este. Los altos números del mercado automotor llevan a los usuarios a tener que acudir a préstamos, planes de ahorro o financiación en cuotas para poder comprar un 0km.

Sin embargo, incluso buscando ofertas, financiando la compra, contratando seguro de autos baratos o intentando reducir los gastos administrativos y técnicos al mínimo, comprar y mantener un auto requiere de mucho dinero.

La Asociación de Fabricantes de Automóviles (Adefa) asegura que el monto total de imposiciones representa el 54%, constituidas por varios impuestos y tasas determinadas por nación. La carga impositiva está compuesta por un 20% o 35% de Impuesto Interno, un 21% de Impuesto al Valor Agregado (IVA), un 10% de Ingresos Brutos, 4,5% de Ganancias, 3% de Impuestos de sellos, 1% de Tasa de Seguridad e Higiene y por último un 0,6% de Impuestos sobre los débitos y créditos.

Esta lista de agregados al valor comercial, que se disponen a las fábricas y el mercado, es muy distante de los porcentajes de países vecinos. En Brasil solo se adiciona un 30% y en Chile aproximadamente un 27%. Si bien algunos montos en Argentina varían según la región, provincias o municipios, como es el caso del impuesto a la patente, los totales no descienden de un 50%.

Además, en el país hay más de 170 modelos que están abarcados por el conocido como “Impuesto al Lujo”. Esta carga solo se les adiciona a autos seleccionados que entran en la categoría de alta gama. El tributo suele rondar entre el 20% y el 35%, variando según cláusulas y condiciones.
Este monto extra entró en vigor en el año 2014, afectando a los vehículos del sector premium, con el objetivo de retener mayor cantidad de dinero a aquellos que pueden acceder a lujos mayores.

La cantidad de tasas e impuestos, el poco valor de la moneda nacional, la dolarización de los precios de mercado, la falta de poder adquisitivo de los habitantes y el alto índice de inflación han conducido a la población a optar por la compra de usados.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), el Índice de precios al Consumidor del mes de mayo fue de 7,8%, con un acumulado de 42,2% y una variación interanual del 114,2%. Este panorama alarmante produjo el crecimiento en la compra de autos en uso o la inversión en el mantenimiento de modelos viejos, evitando la compra de unidades 0km. Fuente: El Once

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